Sueño de Despedida

22/2/10
Abel Reyes, mi abuelo. En realidad fueron pocos los días que conviví con ese hombre, solo 11 años vivímos en la misma ciudad, tuvímos en cambio 20 años de distancia y aún así, es para mi un gran hombre, y digo “es” porque aunque su tiempo ya pasó, sigue su escencia por aquí.


Lo recuerdo como el más alegre de las fiestas, el más bohemio de todos, con su guitarra cantando y a veces o quiza muchas veces arrancando la sonrisa de todos con sus bromas y chistes.

Caray Abelito!, muchas veces te recordé y te presumí con mis amigos, presumí y repetí ese saludo efusivo estirando la mano y caminando de frente formal y serio, pero cuando llegabas casi conmigo te seguías de largo y yo creía que saludabas a alguien más, solo estabas bromeando.

Don Abel, hace no mucho veniste a Aguascalientes, venías a despedirte de nosotros…yo regresaba de Zacatecas, llegaba crudo, según yo porque traía muchas penas. Me enteré que habías venido y te busqué en el hotel pero ya habías partido. Sentí tristeza, todos sabíamos a que habías venido pero nadie lo quería decir…

Pasó poco tiempo, tu caíste grave en cama y en 2 días te fuiste. Decían que tal fué el dolor que perdiste la razón y ya no eras tu…


Aaaaaayyyyy!!!!!


Ese día no lloré, era un cuento, un chisme, quiza una mentira porque no lloré. No lo creí.

Ya pasaron muchos meses desde entonces y justo hoy te vi en mis sueños. Justo antes de celebrar a tu hijo (mi padre), he sentido que llegaste a despedirte.

Y en verdad creo que eras tu, porque era un sueño absurdo, tonto pero al final del sueño te ví entre una muchedumbre que me rodeaba, te ví grande, te vi viejo, te vi fuerte, muy formal como siempre…eras tu… Me abrí paso empujando a todos y te abracé, te abracé fuerte y no te dije nada, solo te abracé…y estoy seguro que eras tu porque pude oler ese maldito olor nauseabundo de la enfermedad que te llevó a la cama, ese maldito cáncer que fulminó tu cuerpo en pocos días y yo diría que horas… Yo no te quería soltar y el olor era intenso…de pronto sentí que iba a despertar de golpe y lo único que dije fué: Adios abuelito!

Desperté de golpe llorando y lo mas raro, por unos segundos, ese olor seguía aquí.

Tu sabes que no me gustan las despedidas…no me gusta despedir a los amigos ni a la gente que quiero…Pero esta vez estoy listo y tengo que decir Adios Abel, Abelito, Abuelito, no te lloré cuando te fuiste, pero te estoy llorando hoy…llegaste a despedirte desde un lugar mas lejano esta vez y yo no puedo ir a buscarte como aquella vez al hotel…así que te digo adios con todo el respeto, amor y admiración que dejaste en mí. 

Descansa en paz Abelito y allá donde quiera que estés, allá nos vemos…

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