La tarde de hoy, salí a hacer algunas compras al estilo de Melchor, Gaspar y Baltazar, luego me consentí con una gran hamburguesa y rematé con una visita al cine, que resultó nada grata, como lo han sido mis últimas visitas a Cinépolis.
Parecía que este día lo cerraría con broche de oro, y como de costumbre no fue así gracias al fino y de tan mal servicio que ofrecen las salas cinematográficas Cinépolis, con su café al estilo “agua de calcetín con leche” y la falta de higiene que la empresa viene practicando desde hace tiempo, al menos en Aguascalientes.
Un par de minutos antes de que diera inicio la proyección dediqué algunos tweets para hacer notar mi disgusto, pero como era de suponer, no recibí contestación.
Al salir de la función noté que me había quedado sin batería, por lo que fue hasta llegar a casa, cuando tuve oportunidad de darle cause a mi reclamos a través de un correo electrónico. Una vez expresada mi inconformidad, decidí que publicaría este antecedente y platicarles el próximo Lunes, o antes, el desenlace a favor o en contra que tuvo mi reclamo.
Aprovecho la entrada para hacerles un par de preguntas. En estos tiempos en los que existen tantos medios para estar en contacto con las empresas que nos proveen de servicios o productos, específicamente en el sector privado.
¿Cómo reaccionan ustedes cuando son mal atendidos o los bienes que adquieren no cubren sus expectativas?, y